Se quedó quieta, sentada en su cama, mirando un punto fijo en la pared sin objetivo alguno. Con los ojos abiertos como platos, ¿por qué? ¿Por qué justamente ahora? ¿Por qué ahora, que, simplemente, solo quería dormir? Está visto que esta vida es de lo más extraña. Te da lo que más necesitas en el momento menos oportuno. Giró la cabeza. Todo normal.
En fin... Cuando saliera el sol, llamaría a Lon... ¿Qué hora sería? ¿Las doce y media de la noche? Parecían siglos. Pero bueno... Lo mejor sería descansar. Mañana le contaría sus delirios al pelinegro, éste la mandaría a la mierda... Imagínandoselo todo, cayó otra vez en el sueño.
-Parar música-
¿Hasta cuándo había dormido? Empezó a dar golpes a la pequeña mesilla que acompañaba a su cama, para darle luz a aquel pequeño reloj, cuya luz se activaba por vibración. L-las... ¿12? ¿Tanto había dormido? Su amigo tenía razón, tenía que descansar bastante. Pero se sentía con energías renovadas... ¡Cierto! tenía que llamar a Lon... Nah, no le creería. En fin... ¿Qué pasa por probar? Se levantó (se dio cuenta de que ya tenía la ropa puesta, no tenía que cambiarse), y fue directamente a la puerta del vecino. Dudando de si aporrear la puerta o no, ésta se abrió sola.
-¿Uh? ¿Qué haces aquí? No puedo ni ir a comprar el pan sin que algo raro suceda...-con estas últimas palabras, Lon echó a reír.
Soraru, sin responder, le cogió de la muñeca y lo sentó en el sofá. Una lágrima surcaba su rostro.
"¿Qué te pasa?", hubiese querido decir Lon. Pero en la mirada de Soraru había algo que le impedía hablar, que le decía que, en ese caso, lo charlatán que era él tenía que relajarse y, sólamente, escuchar.
-Perdí a mi madre a los cinco años-decía entre sollozos-... Todo este tiempo me he estado atormentando pensando que era mi culpa. La vi morir delante mía con sólo cinco años...
El pelinegro intentó decir una cosa, quizás un "Ya lo sabía, dime algo nuevo". Soraru le calló.
-Sí Lon. No hace falta que hables. Ya sé leerte la mirada-Lon se sonrojó un poco-. A tu pregunta, sí. Eso es lo que he recordado...
-Parar música.-
-¿Y bien? ¿Cómo sé que es verdad?- Lon parecía desconfiar. Sus ojos azules hacían reflejos a la luz de las velas. Soraru bajó la cabeza, miró al suelo y comenzó a hablar.
-Sujetaba un cuchillo. Yo sujetaba un cuchillo. Había sangre por todas partes. Unos hombres murmuraban... No sé qué murmuraban, pero parecían felices. Yo lloraba. Mi madre estaba tendida en el suelo. Un corte le atravesaba desde el corazón hasta el ojo. Las paredes de la cocina reflejaban la sangre y eso me hacía llorar más. Una risa estalló y una bala me atravesó el hombro. Pensaron que había muerto. Se fueron llevando el cuerpo de mi madre... Juraría que en el rostro de mi madre había una sonrisa. No me explico por qué yo le haría eso a mi madre. Me odio a mí misma. Podía haber echo algo. No, me quedé quieta llorando. Me odio... Me odio...-Soraru estalló en llanto y cogió su cabeza con sus manos. Lon la sujetó y le miró a los ojos- Me odio...
-Cállate. Tenías cinco años, ¿qué coño querías?
Pararon de discurrir lágrimas por el rostro de Soraru. Sonrió y abrazó al pelinegro. Lon empezó a pensar. Realmente no conocía a Soraru como él creía. Él creía que era normal... El creía que había tenido una vida normal. Sí. Se dio cuenta de que era un poco ¿ególatra?
Soy vaga ~ Sorry ~ (?